El dispositivo psicomotor: El juego ¿EN LA ADOLESCENCIA?


Este es un trabajo final que arme para la cursada de psicología evolutiva 2. Siempre en mira a mí tesis, el diálogo tónico es un enigma todavía a resolver luego del primer vínculo. Y por acá me deje llevar un poco 🧡

El dispositivo psicomotor: El juego ¿En la adolescencia?
Una de las reflexiones que me llevo de esta cursada es como el dispositivo psicomotor del juego atraviesa la niñez y adolescencia.
¿El juego se transforma y desde su inicio tiene incidencia, luego, sobre la adolescencia?
A partir de la temática del trastocamiento del imaginario en la adolescencia en relación a el dispositivo psicomotor, me llevó a pensar como el juego en la infancia cumple un rol importante en la experiencia del cuerpo en tanto erógeno, deseante.

Un dispositivo que habilita en los juegos de roles al comienzo y luego en la pubertad son puestos en escena, allí donde el sujeto se deja ver. Para sí y para los otros. El acting out del que habla Lacan y nos permite ver cómo el sujeto, el adolescente se muestra (Lacan,1962-1963, p.136). Por ejemplo: escribir un libro, comenzar clases de teatro, actividades artísticas, etc.
Observando desde la perspectiva del psicoanálisis las representaciones en el juego que el niño hace vivenciando desde los placeres y repitiendo o no aquello que le produce satisfacción o displacer, en un papel de actor o espectador, esto explica Freud en "Metamorfosis en la pubertad" cuando diferencia la vida anímica del púber con el niño (Freud,1905,p.190), lo podemos relacionar con la psicomotricidad enlazando que este proceso se da en constante interrelación del pequeño con el entorno. Un entorno del mundo, sus primeras experiencias fuera de quienes cumplen o quien cumple el rol primario, el Otro. Y ahora lo reproduce, vivencia y discute con otros, otros que no solo implican lugares en el imaginario para la constitución del yo sino otros cuerpos que me permiten vivenciar las experiencias de encuentros y desencuentros, no puedo dejar de nombrar aquí el diálogo tónico, concepto del dr Julian de Ajuriaguerra, e interrogarme:¿Que del diálogo tónico primario, podríamos decir, hay en el juego con los otros? Todo esto en un primer momento y en la adolescencia: ¿No pasa algo similar, por eso Freud “En metamorfosis de la pubertad” habla de la Reedición del edipo?(Freud,1905, p.206) Cuando en la cursada hablamos del trastocamiento del imaginario en el adolescente ¿Algo de todo esto se suma al bagaje de experiencia social del adolescente? 

Es notorio que en la adolescencia y pubertad trae consigo un nuevo cuerpo, que no solo desconoce visualmente sino que las sensaciones que este le produce son nuevas, el adolescente no cuenta con recursos simbólicos, ¿O bien podríamos decir, que los recursos con los que cuenta no le permiten dar una respuesta al cuerpo desconocido y propio que acontece en sí y con el? ¿Cómo podemos articular la mirada hacia el cuerpo del adolescente desde la psicomotricidad con los aportes del psicoanálisis?

En el seminario 10 "La angustia", Lacan nos deja una relación entre el estadio espejo y la angustia como formador del yo, y sus incidencia en las identificaciones secundarias(Lacan,1962-1963, p.39). Puedo pensar que aquello que en un primer momento desde la matriz simbólica hizo huella en el imaginario del cuerpo, y hoy en la adolescencia se trastoca desde la identificación. Identificación que ya no es solo con el Otro primordial, sino con la afirmación de lo que “soy, quien soy”, pero desde la mirada escópica de los otros. El afuera. Posicionándose, otra vez, pero ante los ojos de los otros, secundarios, ahora no solo el Otro primordial lo va a afirmar como tal. Un espejo formador con la mirada de los grupos sociales que lo posicionan en un lugar, imaginario, del “quien soy o no soy”, el adolescente, como dice Manonni en el texto “Crisis de la adolescencia” ,sabe lo que no es pero no lo que es. Me permito entonces decir: Jugando a ser otros, con los ropajes que permiten ser y no ser, de los que habla en este mismo texto el autor. (Mannoni, O. Deluz, A. Gibello, B. Hébrard, J. ,1985, P. 9)

Entonces ¿A qué viene la angustia acá, en la pubertad? Trae la falta de aquello que no está, que ambiguamente cómo explica Lacan en el seminario X, encuentra que eso falta ,que no entró en el imaginario. Vino hacer identificación con lo deseado,desde el Ideal del yo. Con la misma falta.(Lacan, 1962-1963, p.145-160)

Sin embargo eso que se desconoce del cuerpo, esos recursos con los que no se cuentan para dar cuenta de lo que acontece ¿Se hacen claros aquí en lo que viene a faltar? Pero cuando no falta ¿Qué pasa?

El adolescente se interroga: ¿Quién soy para el otro? Esa falta aparece en interrogante y lo hace con la puesta en escena que sube del mundo, según las leyes del significante, y la angustia se anoticia pero dónde más? Allí en el cuerpo.(Lacan, 1962-1963,p.145-160).

El cuerpo jugado que hace experiencia buscando su lugar en el mundo nos aclara Manonni en “La crisis de la adolescencia”(Mannoni, O. Deluz, A. Gibello, B. Hébrard, J. ,1985, P. 10) y posicionarse en su función de sujeto con su historia, que en la ficha de cátedra “El estallido adolescente” nos amplia diciendo que a partir de esta historia, con sus fantasmas, el sujeto intenta dar respuesta, respuesta que se deja ver en la impulsividad desmedida, el exceso de goce, etc.(Hana, S/A, p.3)
El adolescente apela a su creatividad para comenzar a constituirse como tal. ¿Porque no el juego como donador de experiencias corporales que nos permitan jugar a quien soy?. Un juego transformado, ya no es el superhéroe que salta de la cama al piso. Hoy puede ser una especie de Picasso, que intenta poner palabras en un retrato, propio. Que juega a que sabe tocar un instrumento con su grupo de pares.
Deleuze reflexiona lo importante del dispositivo en tanto red que permite el proceso de la subjetividad, la verdad en el dispositivo, no como único y universal, sino como múltiples universales. Donde las líneas de variaciones son entendidas como fracturas que traen nuevas formas de saber y poder en la subjetivación. Allí la historia del sujeto lo separa de aquello que fue y va siendo (Deleuze,1990 p.3-7) . ¿El juego como dispositivo permite esto? ¿Ir siendo cuerpo?¿Habilita y posibilita la universalidad subjetiva, de cuerpos que suelen estar normalizados en una estructura y contexto social, donde se espera algo de ellos?
El juego puede apelar al sostén de ese despliegue psicomotor en experiencia, sostén del que Lacan habla en el "Seminario X " como lugar del analista y aparece justamente en el acting out, el sostén que parece como un no dejar caer (Lacan.1962-1963,p.163), y en este caso como psicomotricistas: ¿El juego constituye un espacio, un dar lugar a aquello que no está de entrada? ¿Articular el deseo ante una demanda del adolescente para ir haciendo cuerpo en el acontecer de la clínica psicomotriz?  Puede ser desde una palmada, un gesto,el tono de voz, la palabra, mirada, objetos, el tiempo mismo entran como variables psicomotrices en el jugar que tiene implicación corporal. Esto lo podemos relacionar con lo leído en el texto "Lo actual en el dispositivo analítico" de Laura Hana cuando explica la Constitución del dispositivo como aquello que se dispone, se hace presente el acontecimiento, que eso incluye la discontinuidad del mismo (Hana,2000,p.1) y cómo la ficción introduce la escena, entonces ¿El juego no tiene la capacidad de sostener la ficción misma del sujeto como verdad, una verdad jugada, puesta en escena, sostener en ficción quien soy y quién no soy como actor social? Mannoni trae a Winnicot en el texto “ Crisis en la adolescencia” para afirmar como en el espacio analitico el juego es importante para habitar el espacio transicional, y la realidad allí poco participa(Mannoni, O. Deluz, A. Gibello, B. Hébrard, J. ,1985, P. 20), entendiendo esto: el juego y la palabra en su relación simbólica ¿Pueden sostener desde esa ficción con carácter de verdad, la función de sujeto que lo afirma exhibiéndose en el mundo, con los otros que lo invitan a ser? ¿Quizás el juego pueda dar esas herramientas simbólicas que hacen falta en el cuerpo del adolescente y en la experiencia del mismo?
En el texto de Diharce podemos reflexionar de este lugar que el juego toma pero transformado. ¿Será que este ahora puesto en juego como ley cuando sanciona y a la vez posibilita al sujeto en su lugar o función de tal?
Un primer ejemplo que trae la autora de cómo la institución cumple el lugar del Otro, la familia, desde la perspectiva del juego de Fort-da, la ausencia y presencia, una ley que sanciona, ordena y organiza (Diharce,1989, p185). Pero siempre con un decir, un pacto en el medio de este dispositivo, como en el texto “ Lo actual en el dispositivo analitico” explica que la palabra es conductora del pensar (Hana,2000,p.3). Si el juego y lo simbólico se entrelazan ¿El juego como dispositivo abre camino a un decir, propio del adolescente, poner voz al cuerpo?
Siguiendo el texto de Diharce me permito reflexionar un poco más y digo: ¿El juego ubica en su lugar de responsable de su propio goce al adolescente? (Diharce,1989,p.187)
Me continuo interpelando como para la psicomotricidad este aporte ayuda a entender un poco más el posicionamiento del yo corporal, en tanto al imaginario en relación al tiempo y espacio, en la Constitución corporal y el quehacer psicomotor desde esas identificaciones que hacen, falta, angustia en el cuerpo de la psicomotricidad, con los otros. Se juega con esa falta y desde ella y así se pregunta el adolescente:¿Quién es? en la mirada de los otros y en su propio espejo. 

Entonces pienso ¿El juego me permite vivenciar quien soy, no solo en la niñez sino también en la adolescencia? Un dispositivo que parece no carecer de caducidad, sino que al contrario nos dona la diversidad de las redes subjetivas como nos da a entender Deleuze (Deleuze,1990,p.3-7).
¿Será que toda la vida nos la pasamos jugando a ser quienes deseamos ser? Pero ¿Para nosotros o para los otros?

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